Nada mata más rápido una relación que la rutina, que el aburrimiento, que el follar el sábado por obligación antes que por devoción. Explorar horizontes nuevos dentro y fuera de la cama es una de las formas más divertidas de aportar nuevo. Y acercarse al BDSM puede aportar esa savia nueva tan necesaria, muchas veces, para no caer en rutinas y aburrirnos más que divertirnos en la cama (y fuera de ella).

¿Qué puede aportar el BDSM a una relación de pareja que hasta ahora no lo ha probado?

  • Descubrir fetiches, roles y prácticas.

El BDSM nos habla de descubrimiento. Descubrir si se tienen tendencias dominantes, sumisas, o las dos, en el caso de los switch. Y poder entrar en esos roles en cualquier sitio donde nos apetezca, jugarse al «a ver quién domina esta noche» la fusta de mando, o probar a cumplir órdenes en público, bajo la mirada de todos pero sin que nadie lo sepa.
Atreverse a hacer todo lo que el dom diga, sin rechistar, sintiendo la excitación del ponerse a prueba y no saber lo que te espera.

  • Aporta frescura y una perspectiva nueva.

Es una gran manera de alterar nuestra rutina de relacionar el sexo estrictamente con la cama. Plantea retos y la frescura de estar aprendiendo y querer poner cosas en práctica. Te lo puedes tomar todo lo en serio que quieras pero si dejas sitio para el humor, además, ganas mucho.

  • Es la excusa perfecta para probar cosas nuevas.

Nada como aprender a usar la fusta, la pala, la mano, las cuerdas, ¿qué se hace con el collar? ¿y las pinzas, cuándo empiezo con eso? Aprender el nuevo lenguaje del cuerpo es interesante, entretenido y muy excitante. Qué mejor que probarlo con la pareja adecuada.

  • Tiene miles de prácticas.

Shibari, Bondage, Gor, Disciplina inglesa, Feminización, Emputecimiento, Medical, Electric play, Looning, látex, pain seasons, sodomización, entrenamiento anal, pet play, pet training, maid training… la lista es tan larga… La de cosas que se pueden descubrir y que poco a poco se puede integrar solo en las cuatro paredes de casa, imagina si salís fuera (cuando todo esté bien) para conocer más el mundillo. Y las lecturas, blogs, libros, artículos, posts… Buscad lo que más os alimente y ¡echadle madera a ese fuego!

  • Es tan complejo como tú quieras.

Lo bueno de algo como el BDSM es que puedes crecer con y en él, dado que es tan grande y acumula años de prácticas puedes llegar a crear un lenguaje propio con tu pareja que cree nuevos niveles de complejidad. No quiere decir que siempre tengáis que estar practicando BDSM pero verás cómo se acaba filtrando en tu vida normal, en tu sexo habitual. Como pedir permiso para correrte mientras estás con él o ella, incluir algunas palabras o posiciones que habéis descubierto que os excitan o poner una muñequeras como única concesión a vuestra sesión de sexo.

Dentro y fuera de la cama el BDSM puede ayudaros a alimentar vuestra vida sexual dándole nueva vida.

Bondage, Dominación, Disciplina, Sumisión, Sadismo, Masoquismo. Son las siglas principales. Pero sobre y ante todo, quedaos con lo que más os aporte. Descubrídselo a vuestra pareja, decidle que apostáis quién manda en la cama esta noche, como primer paso, y veréis que no os arrepentís de poner un pie en ese camino.