Hace un par de días salí intempestivamente a un centro comercial. Eran otros asuntos los que me llevaban hasta el sitio pero en una tienda que aún no estaba abierta, dedicada a la venta de lencería y con un nombrajo alemán, me encontré con algo que me dejó estupefacto. Era lo último que me esperaba encontrar en un escaparte, sinceramente.

En unos maniquíes muy bien puestos y ataviados de lencería vi que llevaban puestos elementos de BDSM. Muñequeras, collares, tobilleras. La lencería obviamente estaba inspirada por el bondage / shibari y en una mesa interior vi más elementos del mundillo.

Lo cierto es que después de superar el primer shock me quedé pensando sobre el tema. Yo, personalmente no tengo ningún problema con que el BDSM llegue a la vida vainilla, que se vea de lo más normal comprarte una fusta en Decathlon, elementos de disciplina inglesa en una guarnicionería (lo he visto y en mi barrio, sin ir más lejos) y que cosas como muñequeras, tobilleras y collares se pongan de moda.

Algunos se llevarán las manos a la cabeza, seguro, en plan «cómo muestran semejante depravación en público» y «¿es que nadie piensa en los niños?»

Porque siempre hay un/a cantamañanas que saca esa excusa cuando algo lo incomoda y lo saca de su vida vainilla, sobre todo si tiene que ver con sexo o similar.

La cuestión es que me pareció estupenda esa normalización de esos aparejos mostrados en el escaparate. Muchos se acercarán, preguntarán, colaborarán con ello en la normalización. A fin de cuentas lo que hagas en tu cama, sea fetichismo, BDSM, FemDom, Bondage, Disciplina, castigos, sodomización, lo que sea, solo te compete a ti y a tus parejas.

Normalizar significa reconocer que es una conducta más, y por más que muchos sectores censuren y se alcen como pilares de la moralidad lo cierto es que a muchos les gustarían unos buenos azotes y a saber qué harán en sus camas. Que es mejor que no abran ciertas cajas de truenos porque quien más quien menos gusta de algo distinto en sus quehaceres amatorios.

Me gustaría escuchar a la gente que se queda mirando el escaparate, oír sus comentarios, ver qué grado de aceptación despierta porque así también sabremos cuánto trabajo de concienciación queda por hacer (no me hago ilusiones al respecto). Habría que matizar muchas más cosas, como que en el escaparte solo había maniquíes femeninos al tratarse de una tienda de lencería femenina, pero por qué no puede haber un maniquí, si se quiere, de lencería masculina con abalorios bedesemeros también, desde cuero, látex o máscaras a los collares y muñequeras. Normalizar también que el BDSM tiene esas variantes, no es solo sumisión femenina ni muchísimo menos (o, sino, mirad los videos de esta web).

Poco más que decir en esta ocasión, solo que esto me ha parecido otro tímido pasito adelante en la normalización de la Dominación y el Fetichismo.