Ser dominante en BDSM, ya sea FemDom o no, conlleva una serie de responsabilidades y habilidades que van más allá de lo físico. Habilidades y conocimientos que se tienen que cultivar, que transmitir y poner en común con su o sus sumisos.

1. Responsabilidad
Emocional: Un dominante debe ser consciente de las emociones de su sumiso/a, asegurándose de que se sienta segura y respetada.
Afectiva: La relación debe basarse en la confianza mutua, donde ambos se sientan valorados y escuchados.
Personal y profesional: Un dominante debe equilibrar su vida personal y profesional, evitando que las prácticas BDSM interfieran con su responsabilidad en otros ámbitos.

2. Cuidado
– La protección física y emocional del sumiso/a es primordial. Esto incluye asegurarse de que las prácticas sean seguras y consensuadas, y de que ambos estén en un espacio mental y emocional adecuado para jugar.

3. Exploración
– Ser dominante implica una disposición a explorar nuevas experiencias y límites, tanto propios como del sumiso/a. Esto ayuda a expandir la conexión y a descubrir nuevas dinámicas.

4. Conocimiento profundo
– Un dominante debe tener un conocimiento sólido sobre las prácticas BDSM, incluyendo técnicas, herramientas y la psicología detrás de las dinámicas de poder. La educación continua es clave.

5. Desafiar
– Parte del rol dominante es desafiar al sumiso/a de manera segura y consensuada, empujando sus límites mientras se respeta su bienestar. Esto puede llevar a experiencias transformadoras y enriquecedoras.

6. Sorprender
– La creatividad es esencial. Un buen dominante sabe cómo mantener la relación emocionante y fresca, introduciendo nuevas ideas y sorpresas que mantengan el interés y la conexión. El aburrimiento mata el BDSM.

7. Controlar
– Controlar no solo se refiere al poder físico, sino también al control emocional y psicológico. Un dominante debe saber cuándo ejercer el control y cuándo soltarlo, siempre priorizando el bienestar del sumiso/a. Debe saber leer al sumiso para poder conocer su estado físico y mental incluso sin que este diga nada.

8. Educar
– Un dominante tiene la responsabilidad de guiar y educar a su sumiso/a, compartiendo conocimientos sobre BDSM, prácticas seguras y la importancia del consentimiento. Esto fomenta una relación de poder más sana y consensuada.

9. Someter
– Someter implica establecer una dinámica de poder donde el sumiso/a entregue su control de forma consensuada. Este acto debe ser tratado con respeto y cuidado, asegurándose de que ambos estén cómodos en su rol.

10. Estudiar
– La comprensión de los límites, deseos y necesidades del sumiso/a requiere un estudio constante. Escuchar, observar y aprender sobre el otro es fundamental para una relación BDSM exitosa y saludable. Nadie nace sabiendo y estudiar nuevas prácticas y elementos que poner en comçun con el sumiso y ponerlo en práctica cuando se sientan seguros para ello.

Ser dominante en BDSM es una responsabilidad que requiere compromiso, cuidado y conocimiento. Cada uno de estos elementos contribuye a una experiencia gratificante y consensuada, donde ambos participantes pueden explorar sus deseos y límites en un ambiente seguro y respetuoso.