Ah, las fantasías, cuánto nos alimentan, muchas veces. En ocasiones son las fantasías las que, dado nuestro interés por algún aspecto de lo que los entendidos (o pretendidos) llama parafilias, lo que hace que nos acabemos acercando a ello.
El BDSM, por ejemplo, empieza en muchas personas como un interés o fantasía de dominación, antes de meterse de lleno en este mundo de cuero y cadenas, en el que más tarde se descubren prácticas y protocolos. Pero las fantasías son lo que nos impulsa, lo que nos lleva a centrarnos en visualizar esa dominación (FemDom, Dominación, Disciplina Inglesa, etc.). Es de hecho este factor imaginativo el que hace que a cada uno nos guste una tendencia distinta dentro del BDSM, por ejemplo, recorriendo y fantaseando, o configurando nuestras prácticas cuando, finalmente, nos atrevamos a ello, conforme a lo que hemos imaginado tantas veces.
De ahí que no haya dos parejas o grupos que desarrollen los mismos protocolos o sesiones igual. Donde a unos les interesa enormemente la humillación, el ser «usados» por la Diosa, a otros les gusta ser servidos, que la o el sumiso los agasaje y obedezca. Los de tendencia más brat fantasean enormemente pero luego su propio carácter configura la sesión de otra manera. Los ponyplayers, los puppet, electros, ageplayers… Hay una enorme cantidad de intereses distintos pero todos son impulsados, al final, por esas fantasías iniciales que, da igual la edad, acabamos teniendo y nos llevan a descubrir, participar, buscar y encontrar lo que nos realiza, lo que nos gusta, aun sabiendo que está tan apartado del convencionalismo.
Lo mismo sucede con el factor fetichista. No es que nada, como mil veces ha dicho Arola Poch, esté mal dentro de nosotros o nuestros gustos; simplemente nos atraen otras cosas. Ya seas fetichista de calzado, de pies, de otras partes femeninas o masculinas, de ropa, materiales como el látex o el cuero, los fetichismos también se alimentan de nuestras fantasías, nos hacen acercarnos a lugares que serán seguros para nosotros buscando siempre el intentar realizarlas dentro de lo posible, de lo respetuoso y lo consensuado.
El fetichismo, sea cual sea, es una forma alternativa de atracción e interés psico-sexual y muchas veces nos atraerá de forma imparable desde ese poso inicial, esa sopa primigenia, que es la fantasía, la fantasía de la atracción que nos hace llegar a lugares como este, a Dominación y Fetichismo e incluso, cuando el deseo nos supera, adentrarnos en sus secciones de fantasías donde puedes encargar la tuya para que la filmen.