A ver, que de entrada puede parecer una afirmación un poco obvia, la verdad. Pero no deja de ser cierta esa afirmación.

El fetichismo es tan variado como las preferencias que uno tenga puesto que se trata de aquello que nos llama la atención, que realmente excita y crea una llamarada en nuestro interior y en nuestros bajos que muchas veces tiene más que ver con lo mental y nuestras percepciones que con lo puramente sexual.

Desde la atracción por los zapatos de tacos a los pies, desde las axilas a los olores, desde la orina a la saliva. También puede estar en los límites de la humillación, puede estar en el día a día y disfrutarlo solo cuando está integrado, ese fetichismo en nuestra vida cotidiana más que en una escena especialmente recreada. Puede ser ese pie que agita un zapato de tacón con la punta de los dedos, haciéndolo balancear hasta en unas medias bonitas que enfundan una bellas piernas. Una laca de uñas que vemos por la calle en unos pies bonitos, grandes o pequeños, pero de forma casual.

Pero el fetichismo también puede yacer en el momento en que nuestra pareja hace eso que nos gusta, o nos deleita, nos deja oler su axila en el ascensor, nos deja chuparle los pies en alguna situación casi pública -siempre decimos que todo tiene que ser tanto consensuado como respetuoso con los demás; el voyeurismo (consentido) está siempre en límite.

La cuestión es estar en sintonía con aquello que nos gusta. A veces puede ser difícil, es como una «salida del armario» muchas veces el confesar que nos gustan los pies, que nos gusta el olor corporal de cierta zona, las bragas usadas, o las medias. Pero una vez hecho es una liberación. Es entonces cuando surge el «Sí, me gusta, ¿y qué?», y te relacionas con más naturalidad.

Y es que el fetichismo no es nada de lo que avergonzarse. Es vivir la sexualidad de otra forma, más plenamente cuanto más aceptamos lo que nos gusta.

Muchos cuando oyen hablar de fetichismo inmediatamente piensan en «esos a los que les gustan los pies«, pero lo cierto es que que no hay un solo fetichismo, como no hay un solo placer.

Adéntrate y descubre qué es lo que te gusta a ti. Te ayudará a crecer, como persona y como ente sexual, y ya verás cómo el disfrute es mucho mayor.

¿Eres fetichista? Bienvenido, esta es tu casa. Cuéntanos tu fetiche o cuál te gustaría ver en próximos vídeos.