Agatha Fox sabe muy bien cómo llevar a su esclavo al límite. Vestida con lencería de rejilla y unos altos tacones de leopardo torturará a su sumiso sentándose en su cara, provocándolo, azotándole, metiéndole los dedos en la boca hasta el fondo, torturándolo como el esclavo que es y hasta pisándolo.