Domina Damsel, exigente como es, encuentra que el sumiso no ha lavado los platos y lo castiga a bofetones como se merece. Lo humilla, pisándole las manos, recalcando lo sucio que es y educándolo con las adecuadas bofetadas que haga que la lección se fije y el sumiso sepa cuál es el precio de decepcionar a su diosa.