Domina Dansel acaba de llegar a casa y supervisa el trabajo de Axel. Podrá adorar sus pies, a adorarlos con la lengua y es castigado con una cuchara de cocina por ser tan poco aplicado. Domina Dansel no tiene piedad y le azota y humilla para después pasarle sus pies sudados por la cara y la lengua para que el sumiso agradezca la lección que su domina le ha dado.