Lo que empieza como una regañina y un castigo, como unos azotes con la zapatilla por ser poco cumplidor puede acabar de diferente manera… usando los pies, un poco de saliva y un buen ritmo.
Lo que empieza como una regañina y un castigo, como unos azotes con la zapatilla por ser poco cumplidor puede acabar de diferente manera… usando los pies, un poco de saliva y un buen ritmo.