Susana, Ghalia e Isis con sus sumisos ceniceros en el jardin, en una agradable tarde. Mientras ellas charlan, los sumisos tendrán que adorar sus botas, chupar sus tacones y servir como ceniceros humanos.
Susana, Ghalia e Isis con sus sumisos ceniceros en el jardin, en una agradable tarde. Mientras ellas charlan, los sumisos tendrán que adorar sus botas, chupar sus tacones y servir como ceniceros humanos.